En aquel puente sobre la estación de Colegiales, el viento incesante, la mañana sola, siempre sola; aquel rumor de barrio que no cuenta lo que sabe. Ni un pájaro. Los gatos andarán entre los verdes. Tres guardias. Un click- foto. Foto- a lo lejos. A algún vagón dormido, viejo, fuera de circulación. ¿Por dónde se entrará a esa historia oculta? Desde ahí no se ve. No se ve nada más que desde el suelo. Solo más. Tanto más. Por ese esfuerzo de subir para bajar. Dormita todo- todo, sabe que dormita. Se detiene-
En aquel puente sobre la estación de Colegiales, ahí, tan cerca- tanto mundo.
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Debajo de ese puente a las costillas de los rieles de Colegiales, se ve el viento pasear y a las hojas que se secan bailar a su compas. La mañana parece caminar sola, pero solo es un espejismo visual, porque dicen que detras de ella un "alguien" la parece habituar. Ese "alguien" sabe de ese rumor que se escabulle entre los nidos y los nudos que los gatos buscan desenmarañar de la bola hilada. Tres miradas de sueño existe en esos guardias, tres son los dueños que velan en la madrugada.Un click de foto y otro click del control remoto mas de cerca. El vagòn dormido, su tiempo carcomido, dejo de circular, no lo dejan ya andar. Una historia remota existe entre sus andenes, y que solo se muestra sumisa para aquellos que les conviene. Se ve algo, algo se debe de ver, una saga entre las baldosas, la claridad entre el contorno de las cosas. Subimos para llegar y se baja para re-explorar. Cuando todo dormita, siempre esta el que no duerme y levita, se prepara un oscuro cafe y lo disfruta con la paciencia que solo hay en el tè.
ResponderEliminarDebajo de ese puente a las costillas de los rieles de Colegiales, hay, estando lejos, un mundo.